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sábado, 26 de noviembre de 2011

Setas bonitas

El otro día fui a correos a recoger el sobre certificado en el que nuestras santas autoridades me mandaban los papeles para poder votar. Por supuesto, llegaban tarde, aunque al menos antes de el día de las elecciones (bueno, no me quejo que al final con el tema de que alargaron el plazo sí que pude votar - aunque no haya servido de mucho).

En cualquier caso, cuando salía de correos ya iba yo pensando que había ido hasta allí en balde cuando me tropecé con uno de los puestos de fruta y verdura de la Rotkreuzplatz, y de paso, con unas setas la mar de bonitas. Cuando le pregunté a la señora que qué eran, me dijo que eran una mezcla de setas ostra y setas piedra (Austernpilze / Steinpilze), éstas últimas son parientas cercanas de las boletus, y si no, al menos se le parecen mucho.

Al caso, que como teníamos presa ibérica cortesía de la mamá en casa, pues las compré para acompañar.
Mira qué bonitas que son:



Hoy leyendo Gastronomía&Cía  me he enterado de que lo mismo no son tan exóticas, y de que el resto del mundo mundial hispanoparlante las conoce como setas de cardo. Cosas que aprende una a los 30. (Nota - después de una búsqueda en Google, no estoy nada convencida de que lo sean. Así que me quedo con mi nombre. Setas bonitas. Además, un cardo no es bonito. En mi clase a las feas las llamaban "cardo borriquero" o "cardo" para acortar)

Pero vamos, que se llamen como se llamen están de muerte. Te las cortas en rodajas gordas (+1cm), las pones a la plancha con aceitito de oliva güeno, a fuego fuertote, y las doras por los dos lados. De acompañamiento de unos filetitos de presa, o así de entrada, como te venga. Con unas lasquitas de parmesano por encima, como las ponían en G&C, tampoco tienen que estar mal. Nosotros nos limitamos a la flor de sal, porque somos unos sibaritas y queríamos apreciar el sabor en estado puro  =)

viernes, 18 de noviembre de 2011

Arroz verde con vieiras

Esta receta se la dedico a la mama... le he dicho que la pruebe unas cuantas veces y no me ha hecho ni caso, pero al parece la semana pasada el pescadero del súper le recomendó algo parecido, ¡y a ése sí que le escucha! ¡Tendré que pasarme a conocer al susodicho pescadero la próxima vez que esté por Cádiz!

La receta es muy fácil, y tiene unos colores la mar de bonitos. Ahora es tiempo de espinacas, ¿no? Además, las vieiras las encontramos congeladas en Alemania, al igual que el salmón, y no están nada mal, así que por lo menos nos quita el mono de pescado.
La primera vez que vi esta receta fue en Lazy Blog, la segunda fue en la Cocina de Angie. Y ésta no es ni exactamente la una ni la otra.



Ingredientes

  • 300 g espinacas
  • 2 - 3 dientes de ajo
  • 6 - 10 vieiras
  • gambas / langostinos (variante), al gusto
  • 2 filetes de salmón
  • caldo de pescado, caliente (el doble de volumen que de arroz, o según el arroz)
  • 1 chorro de oloroso
  • 1 puerro pequeño, cortado en láminas finas
  • 1/2 cebolla mediana

En la receta original la cantidad de espinacas es menor. A mí no me ha molestado ponerles más, y como en mi súper de aquí las bolsas de espinacas frescas son de 300g,... pues eso. Mi caldo de pescado en sus mejores momentos consiste en el agua resultante de hervir las cáscaras de las gambas, en los peores es del instantáneo. En España se puede hacer algo más en condiciones.

Lo primero es poner a refreír los ajos con un poco de aceite de oliva a fuego medio-fuerte, en una paellera o sartén grande. Cuando se doren un poco se incorporan las espinacas, si son frescas ocupan mucho y habrá que añadirlas en dos tandas. Tras poco tiempo (unos 5 min) se retiran y se pasan por la batidora. Resulta una crema verde brillante, muy suave.

En la misma sartén se añade algo más de aceite si hiciese falta y se pone el puerro con la cebolla a fuego medio. Cuando esté doradito y tierno se añade el arroz en crudo, removiendo para mezclar. Añadir la crema de espinacas y medio vaso de oloroso (o al gusto) y dejar evaporar. En este momento le añadimos la sal. Incorporar el caldo de pescado caliente, el doble de agua que de arroz.

En mi caso, voy incorporando el caldo según lo va necesitando (básicamente porque con el arroz de aquí no me fío, y porque no he visto que salga peor por hacerlo así). Además, me permito (sacrilegio!!!) mover el arroz a veces para asegurarme de que se hace bien por todos sitios.

Cuando el arroz esté en su punto, apartar del fuego y tapar con un paño limpio. Mientras reposa,  hacer el pescado a fuego fuerte (aprovechar el calor de la vitro, que hay que ahorrar energía): el salmón, las vieiras y/o las gambas de plancha / los langostinos. Servir el arroz con el pescado a la plancha por encima.

Ayer lo hicimos con gambas arroceras y un filete de atún fresco (gracias mamá) que estaba para matarse. ¡Importante tener la botella fresquita de vino blanco lista en la mesa al servir!

En las recetas que mencionaba lo hacen con vino blanco normal, yo le he cogido el gusto al oloroso. En una de las dos le echan parmesano y lo cuecen como a un risotto - nosotros nos hemos decantado por la técnica made in spain.